Umbrío por la pena, casi bruno,
Porque la pena tizna cuando estalla,
Donde yo no me hallo no se halla
Hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
Pena en mi paz y pena en mi batalla,
Perro que ni me deja ni se calla,
Siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
Cardos y penas siembran sus leopardos
Y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
Rodeada de penas y de cardos:
¡Cuánto penar para morirse uno!
Porque la pena tizna cuando estalla,
Donde yo no me hallo no se halla
Hombre más apenado que ninguno.
Sobre la pena duermo solo y uno,
Pena en mi paz y pena en mi batalla,
Perro que ni me deja ni se calla,
Siempre a su dueño fiel, pero importuno.
Cardos y penas llevo por corona,
Cardos y penas siembran sus leopardos
Y no me dejan bueno hueso alguno.
No podrá con la pena mi persona
Rodeada de penas y de cardos:
¡Cuánto penar para morirse uno!
Miguel Hernández
Seleccionado por Ciro Martínez
ES.47 - 2ºA - 2016
Seleccionado por Ciro Martínez
ES.47 - 2ºA - 2016
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