Escupió fuego, es difícil ver a un ave que escupa fuego, prácticamente porque es imposible, pero yo lo vi.
Pensé que estaba soñando, pero comprobé que eso no era cierto después de pellizcarme repetidas veces los brazos.
Nunca creí poder ver algo tan extraño, pero estaba ahí, viendo completamente todo. No quería quitarle la vista de encima, era un ave extremadamente hermosa, con plumas de color escarlata y el pico negro. Aun no comprendía cómo es que existía este tipo de aves, y nunca nadie reportó nada acerca de ella. Tampoco comprendía cómo es que fue a parar justo en el patio de mi casa.
Me acerqué pocos centímetros para no asustarla y que no saliera volando, ella sólo dio dos pasos, quedamos a tan sólo unos metros de distancia, quería tocar sus plumas, aprender más de ella, saber si existían más aves como ella, y muchas cosas más que tengan que ver con ella.
Me acerqué lentamente, tenía miedo, también curiosidad. Nunca creía tampoco que esa sería la última vez que la vería, justo al momento de estar a unos pocos centímetros, le saltó mi gato al cuello, devorándola al instante.
Emily Schwindt
4º A - ES. 47 - 2018
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